Este domingo se disputado la carrera Master de Fuenlabrada, puntuable para el trofeo Federación de Madrid. La carrera se organiza en un circuito de 6,3km rompepiernas, que, aunque las subidas no tienen grandes desniveles, se va haciendo desgaste por el ritmo de carrera.
Esperaba reencontrarme con mis mejores sensaciones, después de un inicio de temporada «extraño». La primera carrera, en Pepino, se convirtió en una marcha cicloturista para mí, luego vino Seseña que se suspendió al poco de empezar, después no he corrido hasta Móstoles, donde el látigo me dejó fuera de carrera en la 8ª vuelta de 15. Así que en esta carrera esperaba poder terminarla al menos.
El fin de semana se presentaba con lluvia, cosa que me desmotivaba un poco, porque hace 2 años tuve una mala caída sobre mojado, y me dejó con el miedo metido en el cuerpo durante una buena temporada. Pero como no hay mal que por bien no venga, este invierno me ha llovido tantas veces entrenando, que me ha dado para ir cogiendo confianza poco a poco, y atreverme a entrar un pelín más deprisa en las curvas con agua. Total, que la mejor manera de superar los miedos, es haciéndoles frente, y cuando vi que amanecía lloviendo a cantaros, no me lo pensé, y cargué los bártulos para ir a la carrera.
Allí nos juntamos los «valientes» del equipo que nos dimos cita en el evento, Raul Tortonda, Javier Pérez, David Orgaz, Eduardo Pino y José Luis «el rubio» que se acercó a ver la carrera. Me comentó que no corría porque por lo visto el año pasado se pegó un buen trastazo en la curva de abajo. Aprovechó para darnos esos consejos tan bien recibidos y decirnos por donde no había que ir si no queríamos rompernos el escafoides, jeje. Gracias José Luis, terminamos todos de una pieza.
Decir que, aunque el circuito estaba mojado, no llovió en toda la carrera, y poco a poco se fue secando, hasta terminar con algo de sol y prácticamente seco.
Se dio la salida, y durante la primera vuelta pude comprobar que iba bastante seguro y cómodo en el grupo, siempre intentado ir lo más delante posible para no sufrir el látigo. Las fuerzas son las que son, y cada pedalada que se pueda ahorrar, mejor que mejor. Fueron pasando las vueltas, y se sucedían los intentos de escapada, hasta que en la vuelta 3 más o menos, Raúl Tortonda de nuestro esquipo se metió en una escapada que parecía interesante, pero no hubo suerte, y fue pillada por el pelotón, con la mala suerte de que justo después de ser neutralizados, se haría la que sería la escapada buena.
Mientras tanto, en la vuelta 5, me di cuenta que los apretones me estaban pasando factura y no estaba recuperando entre tirón y tirón y en el repecho de la M50, se acabó lo poco que llevaba en el depósito, y me hice un «behind the musgo», vamos, que me quedé cortado.
Después de quedarme cortado, cogí un poco de aire, me rearmé, y seguí dando pedales con la intención de hacer un entreno de calidad, en un principio, con la idea de intentar acabar sin ser doblado. La verdad es que como entreno debe haber sido bueno, porque tirarse 31km tirando solo, viendo como el pelotón te recorta un tocho en cada vuelta, es jodido de huevos. Al final, conseguí llegar a 7 minutos del primero. A ver si la próxima carrera, vamos encontrando eso que llaman el «ritmo de carrera» y puedo acabarla de una forma un poco más decente.
Respecto al equipo, creo que podríamos haber sacado algo más, pero todo lo que sea conseguir acabar casi todos, creo que está bastante bien. Estamos demostrando ser un equipo con un nivel medio pero muy homogéneo, cosa que creo que no es fácil en esta categoría:
Calificación:
1º Raul Turegano (Esteve)
2º Basilio (Mariscos) a 2″
3º Alberto Sanchez (Orquin) a 5″
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28º Raul Tortonda (GD Mulero) a 5″
29º Javier Perez (GD Mulero) a 5″
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31º Eduardo Pino (GD Mulero) a 5″
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55º David Galan (GD Mulero) a 7’14»
*Fotos cortesía de Ivan Muñoz, que se encuentra en estado de buena esperanza, y por lo tanto se pasó al lado de la cuneta a echar unas fotos por si tenía que salir pitando.