El Domingo pasado, a las 4pm, o lo que es lo mismo, a las 4 de la tarde con toa la caló, disputamos la carrera de Fuenlabrada de Septiembre. El organizador ya me había soplado que este año haríamos el recorrido largo, con el maravilloso repecho de la M-50 y, además, que tenía la intención de que hiciéramos al menos 90km. Es decir, más larga que ningún año.
Fotos en las que salen integrantes del GD Mulero. Cortesía de GD BrobucoilLe comenté que me parecían muchas vueltas y el me respondió «para ti es mejor, así os quitáis la paja…» jajajajajaja, «gracias Paloma, es un halago, pero lo malo es que yo puedo ser paja también» jajajaja. «Ser Paja o no ser, this is the question».
Total, que allí estuvimos dando vueltas con un calor increíble y aguantando el ritmo y los continuos tirones. Para ver una crónica de la carrera, os recomiendo visitar la página del AC, es bastante buena.
Mi objetivo principal en esta carrera era no caerme. Con mi niña de 10 meses en mente, y después del guarrazo de Membrilla, no me apetecía nada arriesgar. De todos modos, me sentí muy a gusto en el paquete, y aunque no suelo ser de los que arriesgan metiendo manillar, no noté que fuera peor que otras veces.
Las sensaciones físicas muy buenas, una vez que pasamos las 5 primeras vueltas más rápidas, el cuerpo se fue haciendo al circuito y cada vez me encontraba mejor. Seguramente un poco de miedo o conservadurismo me impidió ser un poco más activo, porque la verdad es que terminé con la sensación de no haberlo dado todo, pero bueno, contento.
Eso sí, que sequedad más horrible en la boca. Y menos mal que había gente como Javier López (mejórate de la rodilla), dando agua en la cuneta, que si no perecemos allí mismo.
Por otro lado, un poco triste porque me enteré que alguno de mis «hermanos» del ciclismo, no estará al año que viene en mí mismo equipo, pero bueno, lo importante es que sigamos saliendo juntos a entrenar, aunque sea con otro maillot.