Carrera Master en Membrilla.
El sábado pasado tocaba carrera en Membrilla. Un clásico de la zona centro. Terreno llano y rápido con tres subidas enlazadas a falta de 30km para meta.
La carrera salió tranquila en un principio, hasta que la cosa se fue animando y en pocos kilómetros fuimos subiendo la media hasta llevar 43km/h. Se sucedieron numerosos ataques, pero ninguno cuajaba. Yo mismo estuve metido en alguno de los cortes, pero la cosa iba muy rápida y no cuajaba ninguno.
En el km 33, cuando íbamos por un tramo de carretera estrecha, el aire empezó a entrar de costado y pensé «vámonos para delante que la cosa se pone fea por detrás». Y cuando iba rodando entre los 30-40 primeros, craaaaaaakkkk, montonera a 46km/h. Al parecer, debió hacerse un afilador justo delante mía y fue inevitable no comérmelo, cuando me vi aterrizando sobre los que llevaba delante, me dio tiempo a pensar en varias cosas, pero, sobre todo, en cubrirme la cabeza porque a la velocidad que íbamos, estaba seguro que alguien iba a caer delante mía. Así fue, una montonera de bicis y ciclistas, mi manillar metido en las Lightweight del de delante, unas Mavic de perfil partidas como una galleta, una bici encima mía. Un horror…
Rápidamente intente incorporarme y evaluar daños. Tenía un golpe bastante fuerte en la rodilla, pero parece que podía continuar. Me subí a la bici e intenté dar pedales, pero el manillar estaba torcido y la patilla del cambio también, de modo que no podía seguir porque el cambio estaba totalmente torcido. Fin de la carrera. Me fui a la ambulancia a que me curaran las heridas y en ella estaban inmovilizando a un chaval que creo que fue el peor parado, con rotura de clavícula.
Por suerte, el golpe se ha quedado en daños de chapa y pintura y ya estamos entrenando y pensando en la siguiente.