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Vacaciones en Cantabria

Este año, con motivo de mi participación en la prueba de MTB del Soplao, pude conocer Cantabria, que era una zona que me faltaba por visitar. Lo que vi me gustó tanto, que este verano, que convencí a mi pareja para alquilar una casa unos días, y así poder disfrutar de sus playas, gastronomía y ya de paso, hacerme alguna escapadilla con la bici.
Playa del Puntal y la Bahía de Santander desde Somo.

El campo base lo situamos en Somo, un lugar con una playa excelente, a unos 30km de Santander por carretera (a 2km por mar), y sobre todo, muy muy cerca del Valle del Asón y los Valles del Pas. Al día siguiente de llegar, hice mi primera ruta, que básicamente consistía en ir desde Somo por el camino más corto posible hasta coronar el Portillo de la Lunada, que da paso a la provincia de Burgos. El recorrido fue una pasada, y puedo decir sin lugar a dudas, que este puerto es la carretera que más me ha gustado en mi vida. La subida con más de 1000m acumulados, discurre por una carretera estrecha y con asfalto rugoso, que va ascendiendo metros poco a poco sin demasiada dificultad. Los prados y ríos que vas dejando a los lados a lo largo de la subida son de una belleza excepcional. El final, una serie de curvas de herradura trazadas en la montaña y con un barranco que inquieta bastante, las vistas son indescriptibles, y las fotos no hacen justicia. Y sobre todo lo mejor, la tranquilidad, y la sensación de soledad y de ir subiendo contigo mismo, buscando tus sensaciones.

Subiendo el Collado del Asón.
Vistas desde el Collado de la Sía

Como solo tenía dos días para montar en bici, en la ruta siguiente, había muchos puertos que tenía que descartar, ya que Cantabria está lleno de recorridos geniales para montar en bici, y finalmente me decidí a subir el Collado del Ason empalmado con el Portillo de la Sía, que, para muchos, es uno de los puertos imprescindibles de la zona. Para ello, tracé una ruta en la que antes de este puerto tenía que subir el Collado de Alisas por sus dos vertientes. Esta ruta tampoco desmereció para nada, y también disfruté muchísimo, además por alguna extraña razón, tuve muy buenas sensaciones y subí los puertos con bastante facilidad.

Otra de las visitas obligadas, pero esta vez en coche, fue ir al mirador de Peña Cabarga, y también pude comprobar la dureza de sus rampas, madre mía, es un puerto duro duro y, de hecho, hoy ha servido para hacer diferencias en la Vuelta a España. Por cierto, también se ha bajado la Lunada por el lado que lo subí, y me ha traído muy buenos recuerdos.

Vistas desde Peña Cabarga

Ya no quedaba tiempo para mas rutas, pero me faltaba por ir a reconocer un puerto muy especial, un puerto que había visto su altimetría y me había dejado impresionado. La tarde antes de venirme, cogí al Resi y los dos nos fuimos en el coche a dar una vuelta a ver si ese puerto era tan duro como pintaba.

La Estranguada (Sierra de la Matanza)

No sé cómo describir esa carretera. Se trata de una subida muy corta, pero que estoy seguro que hace que tus tendones y tus musculos rindan al límite solo para no doblegarte y poner pie en tierra. Con multitud de rampas superiores al 20%, durante sus últimos 2km la pendiente es superior al 15% de media, y la carretera es una especie de espiral que asciende de forma violenta hacia el cielo, o hacia el infierno, según como se mire. Este puerto hace que la Bola del Mundo parezca un juego de niños, yo no he visto nada igual en mi vida, y de lo que he visto, solo Angliru y Baite di Mola (Italia) pueden compararse a esta subida. Por supuesto, se trata de una subida muy corta y su dureza total es inferior a estos dos monstruos que acabo de citar. Pero ojo, esos 2 km, juraría que son más difíciles de pasar que la Cueña les Cabres.