Este domingo hemos estado participando en la Ciclomarcha que se organiza en el pueblo de El Barraco en honor a Carlos Sastre, ganador del Tour 2008.
Es un pueblo muy bonito a los pies de la sierra de Gredos, cuna de grandes ciclistas. Además de ser el pueblo de Carlos Sastre, también me han dicho que es el pueblo de otro gran conocido por todos nosotros, M.A. Barracus, que en un principio la iban a llamar M.A. del Barraco, pero que daba más comercial lo de «Barracus».
La jornada comenzó como todos los eventos ciclistas, con el café de rigor, y como viene siendo habitual, íbamos en el tiempo justo y por un momento pensé en hacer un invento para poder tomarme el café sobre la bici, pero finalmente decidimos dejarnos de prisas y apuramos hasta el último minuto en el bar.
El café del bar era de la marca «Avioneta», cuyo slogan es «Irás volando al wc» y haciendo buen uso de sus propiedades medicinales, Rubén evacuó aguas mayores. Aproveché el momento para intentar hacer una pillada en la taza del wc y ponerla en el blog, pero el tío tiene grandes reflejos y pudo impedir que me saliera con la mía.
Después del cafelito, nos fuimos para la línea de salida, pero claro, con tanta tontería, la línea se veía muuuuuy lejos, ya que estábamos los ultimitos de todos los chavales que estábamos allí presentes. Yo, haciendo gala de mi experiencia en este tipo de eventos le dije a Rubén, «na chaval, ahora cuando den la salida, culebreamos un poco por el pelotón y rápidamente cogemos la cabeza». Je je, lo peor de todo, es que demostré no tener ni idea, nada más dar la salida nos dieron unas vueltas por el pueblo frenando todo el rato, y cuando cogimos la carretera nacional…
«¡Ostras macho! ¿aquellos de allí son de la marcha?»
«No jodas, si van a 2km»
«Que sí que sí, mira las motos y los coches de la organización, son los de la marcha»
«No puede ser, si ya están subiendo para La Nava»
«joooooooder, lo que nos va a tocar remar, ¿No había neutralizada?»
«Si, pero solo duraba 200 metros»
«Pues nada, a dar pedales»
Y así hicimos, nos dispusimos a dar pedales pasando a los primeros grupos de gente que iba bastante tranquila, hasta que por detrás llegaron un grupo de 12 tíos del Equipo Caja Duero, que también habían llegado tarde a la salida, e iban tirando como posesos para intentar pillar la cabeza. No me lo pensé, y me tiré detrás de ellos a ver hasta donde llegábamos, Rubén por su parte, dijo que nunca había estado en el avituallamiento de una marcha, y que en esta quería estar en todos e ir más tranquilo, y decidió quedarse con un grupo de señores mayores que llevaban una interesante conversación acerca de la Pesca en aguas profundas.
Los Caja Duero iban a tope y no dejaban de pasar grupos y grupos a lo largo de los repechones que separaban el Barraco del primer puerto del día. Estuvieron a punto de pillar al grupo de cabeza, pero finalmente no fue posible. Comenzamos el primer puerto del día, que comenzaba muy tendido y donde mantenía el plato grande para poder aguantar con ellos, hasta que llegó el tramo duro de Navalacruz, un tramo de casi 3km al 9% que se agarra, pero bien. Aquí cada uno puso su ritmo, y ya no había ruedas para seguir, chepazo tras chepazo, llegué a la cima, donde me junté con otros 3 tíos, con los que haría los siguientes 50km.
Después de Navalacruz, un terreno muy pestoso, todo el rato subiendo a base de repechones que en algunos momentos llegaban al 13%, pasamos el puerto de Barajas y más adelante el Parador de Gredos, un lugar precioso, por cierto.
Mas o menos en el km 80, un grupo de unas 50 unidades, nos cogía por detrás, y ya iría metido en ese grupo hasta el último puerto. En este grupo venía Felipe, otro compi del GD Mulero que también se había apuntado a la marcha y que llevaba muy buena cara el jodío.
En la meta, un montón de amigos con los que compartir la experiencia. Cada uno con su peli, en general, todo el mundo bastante satisfecho. Yo por mi parte, muy contento por haber hecho el recorrido en 3h43′, sobre todo por las sensaciones, muy buenas a pesar de no haber podido ir tranquilo durante la primera parte, que es donde más he gastado. Madre mía, he llegado al primer puerto habiéndolo dado casi todo. Al rato llegó Felipe, y poco más tarde Rubén, que pesaba más que cuando salió. Ansiasssss.
La marcha está muy bien organizada, no nos faltó de nada, salvo por las duchas de las que salía un tímido hilo de agua, cosa que solucionamos un poco más tarde en el pantano de camino a casa, ante la perpleja mirada de los domingueros que habían ido a pasar un grato día a las aguas del pantano y que ahora tenía que soportar este terrible espectáculo.