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Soplao MTB 2011 (Otro ciclismo)

Este pasado fin de semana por fin llegaba el esperado «Soplao de MTB», sin duda, la prueba multitudinaria más dura del calendario nacional. Un evento deportivo, donde todos, desde el primero hasta el último, reciben un castigo físico con sabor a gesta mítica.  

  

Llegaba el momento de dejar a un lado los bufidos de ruedas a 70 por hora, los frenazos, los látigos al salir de una curva cerrada, los conos, la tensión en la línea de salida, la agonía de rodar al límite por minutos…y llegaba la hora de rodar por parajes verdes, por esa Cantabria infinita y, en definitiva, hacer una de las cosas que más me gustan en la bici, por un ritmo cansino y darle continuidad durante horas.  

  

En la salida, 4000 almas ciclistas dispuestas a pegarse una buena pechada. El tiempo despejado de nubes, amenazaba bochorno igual que en 2010.  A las 8:00 se dio la salida puntualmente. Pude colocarme bastante bien entre los 300 primeros más o menos y en menos de 10km ya había cogido al primer grupo donde iba también Cubic.  

  

Cuando llegaron las primeras bajadas dije adiós a este grupo y como soy un negado total para las bajas en mtb, pronto los perdí de vista y comenzó mi soplao, una cabalgada prácticamente en solitario que duraría más de 8 horas.  

El primer reto del día estaba en llegar lo más adelantado posible a la subida más técnica del recorrido, La Subida de La Cocina. Aunque se sube igual de deprisa con bici al hombro, toda la peña intenta subirla en bici, aunque no todos los consiguen… por segundo año consecutivo pude cumplir el empeño de subir del tirón, no sin haber recalentado un poco el motor, y a estas alturas de marcha, ya me había pegado una buena sudada. uff, mala pinta, el horno estaba encendido en la Cocina y tenía toda la pinta de que se estaba cocinando una buena merluza, menos mal que al final parece que no fue asi…  

Cubic Subiendo la Cocina
Yo al fondo subiendo la Cocina

   

   

Pasado este tramo, una bajada rápida y subida a las Cuevas del Soplao. Buen ritmo, unos cuantos adelantamientos subiendo y a bajar. Esta bajada con bastante pendiente está llena de surcos trasversales que hay que ir saltando para no meterse un leñazo. Se me olvidó desbloquear la horquilla y en el primer badén casi me meto una piñata de las buenas, se me salió la cala izquierda y pude controlar la bici de milagro, menos mal que no venía nadie por detrás, sino podría haber sido una buena montonera porque no hay hueco para pasar en esa bajada.  

Después de esta bajada, un tramo muy cómodo de carretera donde enganché con un grupo en el que fui hasta la siguiente subida, la de más pendiente de todas, pero no demasiado larga. El Monte AA. Una vez llegamos a la subida, cada uno a su bola, pusimos un ritmo y para arriba. En la cima gente con cencerros recordándonos donde estábamos. A esta altura, ya llevaba como una hora de fuerte dolor en la rodilla «buena», el dolor me acompañó hasta la meta, cada vez más fuerte, sin casi dejarme ponerme de pies, pero paso de hablar de eso, que es bastante dramático y total, si no te duele una cosa, te duele otra…así es el ciclismo.  

   

Llevaba como unos 60km de ruta y solo me había encontrado con un conocido, «Narko en foromtb», con el que fui un rato hasta que le perdí de vista en una bajada. Después de un tramo que va picando para arriba, comenzó la primera subida del Moral, para muchos, el puerto que te pone en tu sitio, el puerto que te dice como está tu estado de forma y como lo vas a pasar en la marcha. Es fácil llegar con un grupo de amigos y deshacerse por completo y no volverse a ver hasta la meta. El Moral es el juez del Soplao y si no dicta sentencia en el primer paso, lo hace en el segundo.  

Cuando llevaba unos 2km de subida, coincidiendo con el tramo más duro, vi a Cubic a lo lejos y me extrañó que llevaba un ritmo bastante tranquilo para lo que anda el bicho. Cuando llegué a su altura me contó que se le habían caído las lentillas y el par de repuesto y que se iba a retirar en la cima, es una pena porque iba muy bien colocado para hacer un gran Soplao. Seguí mi camino a un ritmo de subida muy bueno, quizás demasiado bueno, porque a falta de 2km, vi que las fuerzas empezaban a disminuir, y lo que es peor, el bochorno de 2010 se repetía, sudoraco cayendo por la frente, tuve que quitarme el casco y echarme agua por la cabeza. La cosa pintaba dramática y en ese momento lo único que deseaba es que entrara una nube y cayera una buena…  

  

  

Coroné por fin el Moral y me tiré para abajo en busca del puerto más largo de la jornada, el Cruz de Fuentes. La verdad es que llevaba el miedo en el cuerpo, porque para 2011 el reto principal era sufrir menos que en 2010, pero viendo la sauna del Moral, la cosa tenía mala pinta, sobre todo siendo consciente de lo que quedaba. Pero subiendo el Cruz de Fuentes, ocurrió algo maravilloso, se metió un nubarrón de esos que se hace de noche y a mitad de puerto empezó a caer una tormenta que sentó de maravilla. el Soplao había oído mis plegarias y esa agua iba a refrescar el motor recalentado. Las fuerzas acompañaron durante la subida y tan solo a falta de unos 2km tuve que levantar un poco el pie para no pasarme de rosca. Es un puerto de más de hora y media, y para un habitante que vive entre la Sagra y las Vegas del Sur de Madrid eso es mucho tiempo subiendo.  

Una vez coronado el Cruz de Fuentes, tan solo nos quedaba un pequeño puerto y el último paso por el Moral. Ese pequeño puerto, se supone que era una sorpresa añadida al Soplao de 2011, pero al final resultó ser una trampa. ¡Me cago en toooooo! que bajada más chunga que pusieron, tenía tanta pendiente que no se podía parar la bici, incluso tuve momento «aqui me mato». Por lo visto hubo alguna caída bastante grave en este tramo. Después de la bajada, un tramo de subida muy duro de unos 4km que nos llevaría a enlazar con la subida a Venta Vieja, que si se subia en 2010. Unos 250m de desnivel más acumulado para redondear unos 4800m en total. Terminé este puerto bastante petado, pero con la buena onda de saber que solo faltaba por subir el ultimo Moral y ya estaba todo hecho.  

Angel Vicioso (izda. en esta imagen), que había leido la crónica del Kalamar Brinkador de 2010, decidió hacer lo pripio, y antes de subir el Moral se sentó a comer bocadillos en la cuneta. En su caso, después del bocata con pan de chapata que se apretó, ya no le quedaron ganas de seguir…
«mira que bocata me estoy aprentado, y después me lio con este otro que tengo sobre los muslos»

La bajada hacia el Moral fue bastante llevadera y el cuerpo se recuperó bien de la tralla que llevaba encima. Había dosificado bastante durante la ruta, intentando subir casi todos los puertos un puntito por debajo de lo que pedía el cuerpo y todavía me quedaba alguna bala para esta última subida, posiblemente con el final más duro de todos. Lo mejor de todo es que seguía nublado y la temperatura era bastante agradable, comencé a subir a buen ritmo, pero reservando bastante porque sabía que si petaba en esta subida podía ser dramático de verdad porque el final no baja del 8% durante varios kilómetros. Al final las fuerzas acompañaron y pude incluso apretar al final pasando a algunos participantes que iban con la luz roja encendida. Arriba en la cima, ya estaba todo hecho, parada con tranquilidad para beber y comer, aparqué la bici con la pata cabra y disfruté un poco del momento. Como había salido sin reloj en la bici, no tenía ni idea de la hora que era, así que pregunté a un grupito de gente que había allí tirada en el césped viendo pasar a la gente y me dijeron que eran las 15:50, hay que ver como pasa el tiempo en la bici.  

 Ya solo quedaba la bajada del Moral hacia la meta. Una bajada rapidísima por una pista ancha y cómoda. Me lance a mi ritmo, es decir, me pasarían otros 2 o 3 en esta bajada y luego rodando fuerte por la carretera que llega al pueblo. En la meta 8h26′ y puesto 99º de 3900 inscritos (terminaron 3014), un tiempo casi 20′ mejor que el año pasado y sin haber tenido referencia durante todo el recorrido. Por un lado, un recorrido más duro que en 2010, pero por otro lado el clima había acompañado bastante, con una temperatura bastante fresca durante todo el día.  

De la expedición madrileña en la que íbamos Muleros y Roselines, decir que salvo el pequeño percance de Cubic, todos consiguieron ser «finisher», es decir, llegar en menos de 16h, algo que no pueden celebrar los casi 900 retirados de este año. De Roselín, Dani82, Jose Mari, Pedro, Abilio, Bola, los «Davices», Dani y Gollo.  

Anita «Tritata»

También felicitar a Anita «Tritata» por conseguir llegar de una pieza y con una sonrisa a la meta, con sus 15 horitas de bici. Que coraje, hay que reconocerlo. Por el camino, algún rasguño y algún pinchazo, pero nada que haya podido frenarla ante el empeño de conseguir su reto personal, acabar este recorrido infernal dentro de las 16h. Felicidades.  

Jose Mari y Pedro
Dani Lopez consiguiendo su reto particular

Dicho esto, recomiendo a todo aquel que le guste la bici que se apunte a este safari ciclista, aunque solo sea para que experimente donde está el límite de su aguante físico, jeje. Eso sí, yo al año que viene no creo que vuelva, por lo visto es la frase más típica del Soplao y la que menos se cumple, de hecho, cada año hay 1000 participantes más, pero yo creo que lo digo en serio. Reconozco que a pesar de haberlo pasado bien y haber sufrido bastante menos que en 2010, sigue siendo una burrada de esfuerzo y la paliza es dantesca. En 2012 no, pero en 2013 quien sabe….